Ya vimos el cómo preparar un exquisito Churro, aquél de sencilla preparación pero de exquisito sabor. Hoy veremos al otro gran protagonista de los Churros que es muy común en Perú, pero que tiene una deliciosa Historia.

Según se cuenta, éste Churro Español, es de herencia española ya que fue Don Ramón Falco (un español que en aquel entonces llegó a la capital Limeña) endulzó con esta fascinante receta de Churros rellenos con manjar blanco (o crema pastelera). Hoy en día, aún se puede disfrutar de su legado a pesar de que aún se mantiene su primo hermano, el Churro tradicional que es más delgado.

Conociendo este pequeño detalle, es hora de aprender cómo preparar unos exquisitos Churros rellenos con Manjar Blanco.

Ingredientes
Un kilo de harina pastelera o panadera
Tres cucharadas de levadura fresca
Seis cucharadas de leche en polvo
Medio kilo de manjar blanco
Doce cucharadas de maizena
115 gramos de azúcar blanca
Dos tazas y media de agua
Cuatro cucharaditas de sal
Un huevo mas una yema
Cien gramos de manteca
Medio litro de aceite

Preparación

Agregar los huevos al agua, luego batir con un tenedor, luego ir añadiendo la sal y azúcar hasta disolverlos bien. Tras esto colar harina, maizena y leche en polvo para después echar el liquido poco a poco. Ahora, coger un poco de la harina y el liquido para ir formando la masa hasta terminar todo el líquido. Hecho bien todo esto, obtendremos una masa pegajosa. Dejarla reposar por unos cinco minutos.

Pasado los cinco minutos, echar en las manos aceite y tomar parte de la pasa para formar unas bolitas de unos aproximadamente 55 gramos, cuando ya se haya usado toda la masa necesaria, estirarla con ayuda de un rodillo y en una de las esquinas, echar en linea recta el manjar blanco. Hecho esto, es hora de cubrir el manjar enrrollando la masa sobre él, eso si, no olvidar asegurar los lados para que no se escape el manjar; luego colocarlos en una bandeja aceitada para que no se peguen. Dejarlos reposar por un estimado de una hora y media para que la levadura haga efecto. Echar sobre ellos una leve capa de aceite sobre los churros y cubrirlos con una bolsa de plástico que ayudará a su reposo.

Tras el tiempo pactado, freír los churros en abundante aceite. Cuando estén dorados, retirarlos y echarlos en un recipiente con cervilletas para que absorban el aceite. Una vez ya semisecos, en un recipiente con azúcar, bañarlos levemente para que adquieran su toque dulce.

Servirlos acompañados de la bebida de su preferencia.

Churros rellenos con manjar blanco